Definitivamente es un hecho que la arquitectura también juega un papel muy importante en el diseño de mis obras y se refleja en ellas. Utilizo el mismo proceso que utilizo en arquitectura para diseñar un proyecto y empiezo por estudiar el lugar donde se colocará la escultura, ya sea una ciudad, un pueblo, un espacio abierto, una montaña, una orilla del mar, etc. Dependiendo del ubicación, elijo el sujeto que también tendré que estudiar. En el caso de un animal, examino su forma, tamaño, movimientos, función en la naturaleza, significado simbólico no sólo en la historia sino también en leyendas y significado en diferentes culturas. Luego determino el tamaño para que la obra quede armoniosa y en proporción adecuada a la realidad. Procedo de la misma manera con todas mis otras obras, ya sean plantas, animales o personas. Como trabajo con acero, tengo que hacer dibujos con el programa Draftsight (como en arquitectura con Autocad) para que las placas de acero se puedan cortar con el láser. Luego hago los cálculos necesarios para seleccionar los diferentes espesores de láminas o placas para que la escultura pueda soportar pesos, viento, etc. Al final del trabajo controlo los pliegues, curvaturas, soldadura y cómo ensamblar las diferentes placas una a otra.
Dado que muchas de mis obras han sido encargadas por autoridades locales y se exhiben en lugares públicos, sé que lo más importante de todo es que las esculturas deben de ser seguras y no peligrosas para el público; razón por la cual mis esculturas no tienen bordes afilados y los bordes están redondeados. Como he trabajado para diferentes lugares públicos, trabajo con diferentes temáticas. Estudio la historia, problemática, tradiciones, flora y fauna de cada lugar para poder crear una obra que se ajuste al lugar. Si la ciudad está a la orilla del mar, haré peces, moluscos, etc.; En el caso de una ciudad en la montaña haré esquiadores o animales de montaña. Siempre pienso en crear una escultura apropiada para cada lugar.
Básicamente trabajo para mis clientes directos, galeristas, municipios y gobiernos. También creo obras dictadas por mi imaginación y mi corazón, para las exposiciones y ferias de arte a las que me invitan. Creo que “la naturaleza es la obra de arte más grande e incomparable”, por eso creé una metamorfosis simbólica de un producto inerte a esculturas “vivas”. Gracias a las propiedades reflectantes de los materiales con los que están fabricadas, estas esculturas reflejan el entorno y brillan bajo los rayos del sol. Algunas de ellas se mueven con el viento. La naturaleza, el sentimiento de libertad, la mitología, la feminidad y la espiritualidad han inspirado mis obras. Todas mis esculturas tienen significado y son únicas, es decir, no duplico ninguna obra. El arte es mi pasión y quiero traer luz y alegría con mis esculturas.